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Duna Loves

La biblioteca de las dunas

El pentagrama del pintor de círculos

El pentagrama del pintor de círculos Lienzos en blanco, pinceles, óleos, paleta, colores, luz, buhardilla y la inspiración de puntillas que pasaba por aquella casa apartada, ¿abandonada? ¿Dónde estaba aquel lugar? Silencio... el maestro está componiendo... En algún lugar vivía un pintor compositor de melodías redondas: un círculo, otro círculo, otro círculo, un trazo, otro círculo... amarillo, azul, de nuevo amarillo, negro, azul... Y trazos para engarzar las esferas y formar cerezas inventadas.
Dicen que los cuadros transmiten sensaciones, melodías construidas de notas coloreadas a golpe de pincel que se pueden sentir muy adentro.
La chica, guía del museo, supo transmitir su musicalidad:
Este círculo amarillo es una nota que simboliza la luz. Este, azul, es una nota de amistad. Y de nuevo amarillo. Y de nuevo azul... Y este de aquí, el violeta... el violeta es el color del miedo...
Un pentagrama de color donde el punto final lo pone el miedo. El miedo se tiñe de violeta en los cuadros, pero ¿de qué color es el miedo?

Aquel pintor ya dejó de pintar círculos...

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PD.: Te doy mis ojos.
PD2.: Y van 8 marzos, donde el violenta es un color ausente...

Me he quedado sin pan

Y en mi desván pinto tus lunares en la pared
formando triángulos para poder romperte
y caminarte los labios dejando mi huella a cada paso.
Tamborilea en mis muñecas los hilos para seguirte
porque mis miguitas de pan siempre me llevan al mismo lugar.
Y repartirnos las comas de los impares y los silencios despegados
que perdemos al caer desde el ático
y volvemos a pegar nuestra sombra al asfalto.

Y en mi desván pinto tus lunares en la pared
formando triángulos para poder romperte
y mezclarte con mis cristales de azúcar,
tan dulces como cortantes...
Temo no poder encontrarte porque
siempre vuelvo al centro de mi
y se me acabó el pan para acompañarte.

Humanos de un ala...

Humanos de un ala... Bueno, pues siguiendo con mi temática de epístola amorosa continua (Cierto es que debo variar un poco. Gracias, Carlos), os dejo este texto que recibí hace tiempo, y que ha venido a mi memoria, para que no caigáis al vacío al saltar. :-)

Humanos de un ala
Un día un ángel se arrodilló a los
pies de Dios y habló:
"Señor, visité toda tu creación.
Estuve en todos los lugares.
Vi que eres parte de todas las cosas.
Y por eso vine hasta Ti Señor para
tratar de entender.
¿Por qué cada una de las personas
sobre la tierra tiene apenas un ala?
Los ángeles tenemos dos.
Podemos ir hasta el Amor que el Señor
representa siempre que lo deseamos.
Podemos volar hacia la libertad siempre
que queramos.
Pero los humanos con su única ala no
pueden volar.
No podrán volar con apenas un ala..."
Dios respondió:
"Sí, ya sé eso".
"Sé que hice a los humanos solamente
con un ala..."
Intrigado el ángel quería entender y
preguntó:
" ¿ Pero, por qué el Señor dió a los
hombres solamente un ala cuando son
necesarias dos alas para que puedan volar?"
Sin prisa, Dios respondió:
"Ellos si pueden volar, mi ángel.
Di a los humanos una sola ala para
que ellos pudiesen volar más y mejor
que nuestros Arcángeles...
Para volar, mi pequeño amigo,
tu precisas de tus dos alas.
Y aunque libre, tú estas solo.
Mas los humanos... Los humanos con
su única ala precisaran siempre dar
las manos a alguien a fin de tener
sus dos alas.
Cada uno ha de tener un par de alas.
Cada uno ha de buscar su segunda ala
en alguien, "en algún lugar del  mundo",
para que se complete su par.
Así todos aprenderán a respetarse y a no
quebrar la única ala de la otra persona
porque pueden estar acabando con su
oportunidad de volar.
Así mi ángel, ellos aprenderán a amar
verdaderamente a la otra persona.
Aprenderán que solamente permitiéndose
amar, ellos podrán volar.
Tocando el corazón de otra persona,
ellos podrán encontrar el ala que
les falta y podrán finalmente volar.
"Solamente a través del amor podrán
llegar hasta donde estoy...
Así como lo haces Tú, mi ángel.
"Ellos nunca, nunca estarán solos al volar."
Deseo que Tú, encuentres tu otra ala,
que la encuentres muy pronto,
y si la has hallado, que se alcen
las dos en magnifico vuelo.

Historia de la verdad

Historia de la verdad La verdad existía; era limpia, pura y transparente, razón por la cual pocos la veían. Un día, en los jardines del Olimpo , se encontró con la Duda , caballero apuesto, inquieto, emprendedor, un tanto obeso y de piernas cortas. Tan pronto la vio, se quedó prendado de su hermosura y deseó poseerla. Cupido que andaba por los alrededores disparando flechas, sin ver la Verdad, le atinó al corazón, y entonces, ella se enamoró de la actitud suspicaz de la Duda.
Pasaron algunos días y la Verdad y la Duda, bajo el hechizo de Cupido, contrajeron matrimonio. Al comienzo fueron felices, pero por la Duda que todo lo dudaba.. poco a poco la Verdad fue entristeciéndose y pasaba todo el tiempo sola. Un día, conoció a la mentira, ágil, suspicaz y atrevida; casi sin darse cuenta, la Verdad se hizo su amante; la Mentira le narraba cuentos increíbles que parecían verdades y esto la divertía.
Pero una tarde, La Duda, que todo sospechaba, los encontró en la cama.
La Mentira, sorprendida, voló ágil a la ventana para escapar y proteger su vida; pero terca, tozuda y pérfida como toda mentira, volviese a la Verdad y delante de la Duda exclamó: “!volveré por ti”!. La Duda, entonces, desconfiada, sospechosa y agresiva, cortó en trocitos a la Verdad y los esparció por toda la tierra para que nunca nadie más pudiese poseerla entera. Desde entonces, todos llevamos por dentro un trocito de verdad, algo de mentira y mucho de Duda ( "y ¿porqué no? aunque no este en este cuento la Locura") cuando cupido nos ha alcanzado con sus flechas...

Autor: Flavio Restrepo.

Botas de agua (II)

Botas de agua (II) David,
no voy a huir de ti, sólo quiero escapar a rociarme de sol de invierno, a ahogarme en un té caliente, a bajar las escaleras de dos en dos, a acariciar el almoadón en la siesta.
Quiero deslizarme cuesta abajo por el asfalto salpicando en todos los charcos y que la brisa del invierno me bese los labios, quiero ser hoja de otoño que danza en el aire, quiero perderme en las nubes y robarles un pedazo sumergida en mi película favorita, en mi sofá, con mi mantita.
No voy a huirte, voy a escaparme. Me encontrarás bailando con el paraguas y chapoteando el reflejo de las farolas en el agua. Pero no vendrás a encontrarme. No quiero dependerte ni necesitarte. No quiero hacerme grande. Sólo quiero ver tu mirada vidriosa tras el cristal, leer de tus labios un "te quiero"... y no dejar de ser tu niña pequeña.

Botas de agua

Botas de agua Sofía,
no voy a salir detrás de ti, a buscar tu reflejo en los charcos de las calles con mi barquito de madera, a reírme en el café, a volver a tocar aquella canción, porque tu figura curva viene impresa en cada letra.
Quiero dejarte bajar patinando por el asfalto y que el frío del invierno te agriete los labios, pero no quiero ser el cacao para volver a hidratarlos, ni las yemas de los dedos que acaricien tu pelo enmarañado, como tampoco quiero fundirme en tu sombra con mi propio abrazo.
No voy a salir a buscarte porque hace frío. Olvidé el paraguas y no tengo botas de agua para chapotear en tu mirada. No quiero dependerte ni necesitarte. No quiero hacerme grande. Pero te quiero... y sí, soy un niño pequeño.

La voz de las invisibles (II)

  El Congreso aprueba por unanimidad la ley de violencia de género

MADRID (Reuters) - El pleno del Congreso de los Diputados aprobó el jueves por unanimidad proyecto de ley orgánica de medidas de protección integral contra la violencia de género y ahora tiene que recibir el visto bueno del Senado antes de ser aprobado definitivamente por la Cámara baja.

"Es un poderoso instrumento, tiene que serlo, para derrotar la machismo criminal que está tan presente en la sociedad, desgraciadamente", dijo tras la votación el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se había comprometido con que ésta fuera una de las primeras normas en ser aprobadas de su mandato.

Los diputados aplaudieron tras conocerse el resultado de la votación, de 320 votos emitidos y todos ellos a favor del primer proyecto de la ley, aunque el PP optó por abstenerse en la votación separada del articulado.

El PP, que criticó la precipitación y la falta de consenso con la que se había tramitada la norma, justificó el respaldo de su grupo al hecho de que siempre es positivo cualquier avance en la lucha contra la violencia de género, por "muy pequeño que sea", dijo la diputada Susana Publicidad
Camarero.

El Gobierno socialista aprobó en el primer Consejo de Ministros ordinario de su legislatura, el pasado abril, un informe sobre violencia de género del que salió el proyecto de ley integral ya que era una de sus prioridades electorales.

CONTENIDO DE LA LEY

La nueva ley aborda políticas de prevención, de protección a las amenazadas, de recuperación de las víctimas y de sanción al agresor.

Uno de los objetivos principales es impedir que este tipo de violencia quede reducido al ambiente doméstico y atacar la raíz del problema que, según el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, "se asienta en una relación de desigualdad".

Por ello, se refuerza una imagen que respete la igualdad y la dignidad de las mujeres, además de apoyar a las víctimas a través del reconocimiento de derechos como el de la información, la asistencia jurídica gratuita y otros de protección social y apoyo económico.

También se establecen medidas de sensibilización e intervención en el ámbito sanitario para optimizar la detección precoz y la atención física y psicológica de las víctimas, en coordinación con otras medidas de apoyo.

Un total de 71 mujeres murieron el pasado año a manos de sus ex compañeros o ex cónyuges, una cifra superior a la de otros años. En lo que va de año han fallecido 54 mujeres, según datos del Instituto de la Mujer.
Sólo en el 2002 casi 700.000 mujeres declaraban ser objeto de malos tratos habituales, pero los entrevistadores estimaban que realmente los malos tratos podrían afectar a dos millones de personas, según el ministro Caldera.

Provocando refugios

Provocando refugios Situada bajo el marco de la puerta, te miro, sentado frente al ordenador, fumando un cigarrillo y con la mirada perdida en la pantalla. Me mantengo firme, con aquella camiseta de colores de corte asimétrico y los tacones negros, sin nada más, para provocar tu mirada... Y, en un desmayo, ahora fingido, te imagino desvistiéndome con tus manos, susurrando aliento de deseo a mis oídos, tatuando tus labios por mi piel, humedeciendo mis esquinas... y yo estoy soñándote tan cerca...
En mis sueños, en esas hojas en blanco, dibujo un círculo irregular para convertirlo en agujero por el que escapar de lo malo y volver a los momentos buenos de este cuento. Así haré de mi un refugio para cuando el dolor te duela.

Al borde de la cornisa

Al borde de la cornisa Hoy me he encontrado leyendo, desde la parte más inconsciente de mi consciencia, las teorías sobre el suicidio de Durkheim que un día estudié, hace casi un par de años.
1) Suicidio egoísta: los hombres, los protestantes, los ricos y los solteros muestran índices de suicidio superiores a los de otras personas (mujeres, católicos y judíos, los pobres y los casados) a consecuencia de un bajo nivel de integración social.
2) Suicidio altruista: totalmente al contrario del anterior, en este caso la integración social es mayor, hasta tal punto que la sociedad obliga al suicidio.
3) Suicidio anómico: ante la falta de normas el individuo se encuentra insatisfecho, lo que le lleva al suicidio. Un claro ejemplo de este tipo de suicidio es el Crack del 29. Sujetos con la integración al grupo alterada o distorsionada (ruina repentina, divorcio, cambios drásticos de hábitos o de vida).
4) El extremo opuesto del suicidio anterior es el suicidio fatalista: en este caso es tanta la regulación, unas normas excesivas, que provocan al individuo una falta de libertad que lo lleva al suicidio (militares y jóvenes ante el fracaso escolar).

Otras teorías psicológicas:
* Psicoanálisis ( Freud ). Elaboró una interpretación sobre el tema, en el que es Thanatos o instinto de muerte autodirigido, el que nos induce a este tipo de comportamiento. El suicidio representa la hostilidad inconsciente dirigida hacia el objeto amado que ha sido previamente introyectado, por regla general, de forma ambivalente.
* Menninger ( 1938 ). El suicidio sería un homicidio invertido, el resultado de la rabia o la ira contenida contra otra persona, que se dirige al interior o se utiliza como una excusa para el castigo. Se distingue en toda idea suicida tres componentes: el deseo de matar, el deseo de ser matado y el deseo de morir.
* Psicología Cognitiva. Han hallado que es la desesperanza la que está ligada a la consumación del suicidio, por tanto, su tratamiento se encamina a corregir los pensamientos negativos e infundir esperanza.

Finalidad e intencionalidad del acto.
Entre los motivos más frecuentes cabe reseñar:
* Sentimientos de desesperanza al no alcanzar determinados objetivos y vivirlo como un hecho irreversible.
* Como vía de escape ante situaciones opresivas que no se sabe como afrontar.
* Como forma de llamar la atención ante una situación desesperada, como forma indirecta de solicitar ayuda.
* Como un chantaje para lograr determinados cambios en la actitud de los demás y lograr beneficios secundarios.
* Falta de sentido a la vida y sólo hay sentimientos negativos. El hecho de vivir es penoso, doloroso e irresistible. Se ve el suicidio como la única solución, es típico de la psicosis afectiva.
* La soledad y el aislamiento hacen que la vida pierda sentido, ya que no se puede compartir. Es frecuente en personas mayores.

El suicidio desde el punto de vista psicopatológico, no es más que un síntoma de tipo conductual que hay que estudiar desde todas las vertientes posibles.


Es algo cobarde, pero hay quien de desesperanza también se muere...

Luna pálida de Septiembre

Luna pálida de Septiembre Se detuvo el reloj en el instante, olvidando el tiempo en un segundo.
La cajita de música quebró su melodía en un silencio. El viento volvió a la esquina siendo sombra, remontando las calles vacías a galope ciego. Las hojas secas de otoño ya se lanzan al vuelo.
El buzón vacío: sólo una carta conocida. Se eleva el ascensor y aquella llave gastada aún abre la puerta de casa. Y se encienden las luces y se acomoda pensando en que será mejor cambiar la ropa del trabajo por el pijama. Pero, ni ganas. Las gafas abandonan su estuche viejo envuelto en terciopelo negro y, a la luz de la mesilla del teléfono, la carta dibuja una débil línea de sombra... ¿Dónde estará el dichoso abrecartas? –preguntaba al aire con la emoción colgada de los labios–. Acabó rompiendo el sobre por un lateral y, dentro... aguardaba una postal...
Un corazón de chocolate rodeado de mariposas... qué imagen más dulce...–pensaba–.
Querido,
me encuentro en alguna parte del mundo. He descubierto mi libertad en estos caminos que sigo sin mapas. Él (mi corazón) me guia. Me instaló mariposas en el estómago y cada día me revolotean.
No voy a volver...

Fue chocolate amargo...–musitó–. Y la imagen se volvió borrosa a sus ojos...

El dilema del erizo

El dilema del erizo "Un erizo quiere acercarse a sus amigos, quiere que se preocupen por él y lo comprendan, pero mientras más se acerque, más los dañara."
Esta difinición alude a la relación con los demás, con los amigos, no sólo la relación de pareja o íntima que puede desprenderse de esta otra:
"Cuanto más se aman y más intentan acercarse dos personas, más se dañan".
Muchos hemos pasado por el dilema del erizo, hemos pasado por el miedo a ser heridos por los demás o a quedarnos solos. Así, durante esta etapa, nos volvemos retraídos, tímidos donde entendemos que la única manera de no ser lastimados es hacer todo lo que se nos dice para evitar que los demás se enfaden, porque este enfado haría que estas personas se fueran de nuestro lado, haciendo nuestra soledad más grande.
Y aquí la comparación con el erizo: ante este miedo, decidimos alejarnos de los demás, pues este vacío interno que nos queda nos lleva a pensar que valemos muy poco y si intentamos acercarnos a alguien, éste terminará siendo dañado tarde o temprano.

Unos pasamos antes esta etapa que otros, algunos la superan y algunos no... Y es que todos pasamos por situaciones en la vida donde el dolor es tan grande que decidimos huir de ello porque es la única manera que tenemos de combatirlo. Todos hemos decidido huir de ese dolor y no somos capaces de aceptar ese hecho porque sería revivir ese dolor.
Quizá lo que deberíamos hacer es detenernos un momento y ser capaces de ver que no podemos estar huyendo todo el tiempo o vivir con el temor de quedarnos solos. La vida es un riesgo, hay que aprender a vivir aceptando lo bueno y lo malo que nos pueda dar.

Hacía ya...

Hacía ya... Al llegar a su destino una sensación le sobrevino... ¿por qué este recuerdo ahora? Hacía ya cuatro años y unos dos meses. Aún recordaba la fecha, parecía tener controlado el tiempo, sin ser consciente de que él la olvidaba. Hace mucho que acabó y ahora sólo era una sensación extraña, un vacío, una nostalgia, ni siquiera un recuerdo, porque le dolería recordar... había llorado mucho, ya no le quedaban más lágrimas aunque le doliera recordar.
Aún guardaba, en un viejo diario, algunos besos en un lenguaje extraño, por si alguien lo encontraba, escondido en el último cajón, al fondo, entre la ropa. Su otro diario, el inventado, el que está escrito a ratos en las páginas impares, a ratos en las pares, duerme en la estantería, abrigando sus páginas entre otros libros para ocultar sus secretos.
Y el peluche. Aquel perrito, su regalo, sigue aún hoy inamovible del lugar que ocupa en su habitación, junto a otros. No tiene nombre, pero sabe mucho.
Risas, bromas, juegos, días de verano, el final de aquel curso, besos, abrazos, cariños y "churri"... pasaron a ser páginas de diario escritas en depresión, papel mojado en lágrimas, garabatos trazados con rabia.
¿Por qué este recuerdo ahora? Recordaba esa sensación, las lágrimas, el vacío, el dolor, el año de depresión... y caminaba las calles del pueblo con la cabeza alta y los ojos semicerrados por el sol de la mañana. Hacía ya cuatro años y unos dos meses...

Claddagh

Claddagh Navegando entre mitologías, al fin encontré datos sobre el Anillo de Claddagh.
El anillo de Claddagh es un símbolo de la cultura irlandesa y su nombre proviene de la ciudad de Claddagh. A Richard Joyce (nacido en Galway, cerca de Claddagh) se atribuye la creación de la joya, que era utilizada con frecuencia como "cinta de unión" en las bodas. Actualmente lo llevan tanto hombres como mujeres a través de Irlanda y el resto del mundo.

Su simbología es la siguiente: el corazóm significa AMOR, la corona significa LEALTAD y las manos representan la AMISTAD. Usado en la mano derecha y el corazón apuntando hacia afuera muestra que el corazón de su portador está aún desocupado. Usado en la mano derecha y el corazón apuntando hacia adentro, muestra un compromiso especial hacia alguien. Si se utiliza en la mano izquierda con el corazón apuntando hacia adentro, estamos dejando que nuestro amor y amistad duren para siempre aún estando separados.

Existen varias historias relacionadas con el Anillo de Claddagh:
1. Es visto como uno de los primeros símbolos de la Trinidad irlandesa. Esta interpretación describe la corona como el Padre, la mano izquierda como el Hijo, la derecha como el Espíritu Santo y el corazón como representante de la Humanidad.
2. En la era de los dioses, existía uno llamado Dagda, un dios omnipotente que poseía grandes poderes. Dagda tenía árboles siempre fértiles, un club para matar hombres y restaurar sus vidas y un arpa con la que convocar las estaciones. Se dice que Dagda representa la mano derecha del anillo.
Junto a Dagda, también existió Anu, la madre ancestral y universal de los celtas en el inicio de los tiempos. Más tarde fue conocida como Danu, diosa de la sabiduría, la fertilidad y el viento que representa la mano izquierda.
Beathauile representa la corona y el corazón representa los corazones de la especie humana.
3. Otra historia habla de un rey enamorado de una campesina y como no podía casarse con ella, decidió suicidarse: cortó sus manos y las puso alrededor de su corazón como símbolo de su amor por la campesina

Mi gente –antes de que cambiara– intercambiaba esto como signo de devoción. Es un anillo Claddagh. Las manos representan amistad, la corona representa lealtad y el corazón bueno, ya sabes...Úsalo con el corazón apuntando hacia ti. Significa que le perteneces a alguien. Así...

Bonita historia...

Volver

Volver El viaje de vuelta se nos hizo más corto, más fácil.
Quizás sea porque ya conocemos el camino y no esperamos sorpresas. El regreso es más sencillo que la partida. Si el camino lo hacemos al andar, a la vuelta, ya lo tenemos hecho, no tiene pérdida. Lo llevamos todo y lo traemos todo de vuelta, con las experiencias y aventuras metidas también en la maleta, junto a la ropa interior. Y miles de fotografías para recordar sensaciones y renovar sentimientos. Y regalos para todos recuerdo de....
Yo recuerdo el avión, las azafatas y las bandejas de caramelos, las risas, las carreras por el hotel, aquel peluche imposible, la pequeña lluvia que nos asaltó, las carreras de trenes, las vueltas que daba el dragón rojo, lo mojados que nos pusimos todos en aquellos troncos de madera con aspiraciones a pequeñas barcas, el paseo por la plaza, el recorrido que hicimos a la calle mayor buscando una tienda traspasada, las tiendas de regalos, la cámara fotográfica con vida propia, la última noche en la cama todos juntos sin dormir...
Mi maleta vuelve repleta. Se nos hizo más sencillo volver y más pesado... pero las cosas, desde ahí, cambiaron y, aunque el viaje sea difícil, aún sueño con volver. Trazaré el mapa con los recuerdos que conservo para volver a los lugares que vimos juntos y, así, aunque vaya sola, sin saberlo, vendreis conmigo.

En el comienzo

En el comienzo Lo encontré, por primera vez, una noche que íbamos todos de juerga. En una calle, mientras deambulábamos buscando un buen bar, apareció saludando a parte del grupo. ¿Y este quién es? Poco después, pasó a formar parte del grupo, aunque quizás no del todo, porque siempre mantiene intacta su independencia. Al principio venía sólo algunas noches: locales, copas, música, baile... bueno, sutiles movimientos que seguían algún compás. Hubo un breve acercamiento entre ambos o un breve intento de que bailaras conmigo; al poco, hubo un acercamiento más íntimo... para acabar con un intenso encuentro. Lo hicimos todo al revés, la verdad, pero no me arrepiento. Tras esto, empezamos a vernos más... hasta que nos vimos a solas... ¡qué nervios! Y, desde ahí, hasta lo que es hoy.
Y ahora, ¿qué quieres que te diga?
Te recuerdo tan diferente al resto, a lo que conocía. Con unas vivencias que han marcado tu perspectiva de la vida y te han dado la positividad y la alegría que puede sorprendernos a muchos.
Te recuerdo vestido con una sonrisa, una sala a media luz, una caricia, unos toques marroquíes, un té, un beso...
Te recuerdo con cámara de fotos y un libro para llevar, para el camino, y un paquete de tabaco escondido en un pequeño bolsito de tela, para después...
Y unos besos que se van, unas manos que se cruzan, un no saber cómo reaccionar, o será mejor esperar... observar, eso que tanto te gusta; o regalar, sin saber, envolviendo la sorpresa en papel de plata; o fotografiar, rincones, luces, el cielo, las nubes, el mar, un pueblo, alguien...
Y ahora, ¿qué quieres que te diga?
Eres un observador nato, un regalo, la foto más viva de mi álbum.
Eres una sábana de vida, calentita, para envolverme y acurrucarme en la cama.
Eres una pequeña cajita de besos, de caricias, de abrazos intensos.
Eres la parte más íntima de mi y la única que está a la vista, toda reflejada en tus ojos.

Y dicen que el amor es ciego... Nosotros nos desnudamos en la primera mirada
Y el secreto de escondernos y esperarnos fue revelado aquella noche, aquella en que nos desvestimos después de las 12... y los vasos se rompían a nuestro alrededor... ¿te acuerdas?

Aquel recuerdo...

Aquel recuerdo... Llevaba en uno de los bolsillos de la chaqueta un recuerdo que ni siquiera recordaba haber guardado, que ni siquiera recordaba haber tenido, pero allí estaba, acurrucado en la esquina de un roído bolsillo.
Esperaba sentado en el banco despintando del parque, a la luz de una farola todavía apagada, mientras se filtraba un atardecer oscuro por sus gafas de sol. Esperaba... sin saberlo, sin esperar... Llegó la noche lentamente, olvidando el camino de vuelta en cada uno de sus pasos cortos, y aún esperaba. Apareció la luna menguada que, con su vista picada, observaba desde lo alto. Todo empequeñecía y aquel recuerdo brillaba cada vez con más fuerza. Pero el hombre dejó de esperar, ya en la madrugada, y el titilar se apagó.
Esperaba sentado en el banco despintado del parque, a la luz de la misma farola, apagada, mientras se filtraba un nuevo atardecer oscuro por sus gafas de sol. Esperaba... Llegó la noche... apareció la luna... aquel recuerdo volvía a brillar. Pero el hombre se marchó con la madrugada, de nuevo. Y la luz se consumió.
El hombre repitió el mismo ritual durante varios días: ver atardecer, llegar la noche y marcharse a la madrugada. Y en su bolsillo algo brillaba a esas horas... Pero no ocurría nada...

Esperaba en una noche más. Hacía viento. Entretuvo su vista en el bailar de las hojas secas.
Unos labios fríos rozaron sus labios y unas cálidas y pequeñas manos se posaron en sus mejillas. Una sensación de dos cuerpos acariciarse, sin dejar escapar el aire, un escalofrío, un deseo, una intención, un paso más... y estaba solo...
Intentaba recordar noche tras noche el recuerdo de aquel beso olvidado en su bolsillo, y recordó la sensación de vacío que le quedó cuando se fue... aquel recuerdo...

Insomnio y tormenta

Insomnio y tormenta 02:30 de la madrugada. Tras deambular por calles largas y vacías, sola, llegó a la puerta de su casa. Introdujo la llave en la cerradura, la giró despacio quitando así el cerrojo y empujó la puerta de forma suave. Todo estaba oscuro, silencioso y frío.
Extendió una mano decidida buscando el interruptor de la luz. Pequeñas lámparas se encendieron iluminando con su tenue luz todo el salón. Cerró la puerta lentamente y dejó las llaves en el cenicero de la mesita de la entrada, que no tenía luz porque la bombilla no respondía. Pasó al salón sin prestar demasiada atención a lo que la rodeaba, como de costumbre, y colocó su bolso negro suspendido en el brazo de una silla de madera. Se descalzó, escondió los zapatos en un rincón y se acercó a la cocina a por algo de fruta sin encender la luz. De pronto un trueno dio paso a una tormenta que la sobresaltó e hizo que abriera rápidamente la nevera para resguardarse en su débil luz. Cogió una manzana y se dirigió al sofá para pasar el resto de la noche con la mirada perdida en la “conversación” basura del televisor, pero sólo oía los latidos acelerados de su corazón.
Esa tormenta que la asustó le hizo recordar aquellos años cuando, siendo aún muy niña, se escondía temblorosa entre las sábanas que la envolvían completamente. Por aquél entonces, lo que más deseaba era que el monstruo negro que rugía desde los cielos dejara de gruñir y llorar porque su comportamiento la hacía saltar de la cama y a veces hasta tenía el atrevimiento de acercarse a la habitación de sus padres cruzando, para ello, un oscuro y largo pasillo.
Sin darse cuenta se quedó dormida entre recuerdos.

04:10 de la madrugada. Continuaba incesante la tormenta. Un gran estruendo la hizo abandonar su sueño y con los ojos entreabiertos buscó, todavía algo inconsciente, el mando a distancia que se había perdido entre su cuerpo y el sofá. ¡Vaya por Dios!, se había colado entre los cojines. Nada más encontrarlo pulsó insistentemente el botón de bajar el volumen e intentó recuperar el sueño pero, fue imposible, sus ojos estaban abiertos como platos. En ese momento llegó la desesperación. Empezó a revolverse en el sofá; no encontraba la postura y la maldita tormenta ya le molestaba demasiado.

A las 07:00 amanecía y a las 8:00 ya le brillaban los primeros rayos de sol en la cara. Despertó unas horas más tarde con dolor de espalda y aturdida. Apagó el televisor y se asomó tímidamente a la terraza: toda la ropa que había tendido el día anterior estaba totalmente empapada. La verdad es que no le importó. Se encerró en el cuarto de baño, se miró en el espejo y se dio cuenta de que su noche de insomnio había hecho mella en su rostro de forma brutal. Al cabo de un rato, apareció toda aseada, perfumada y vestida y tranquilamente echó un ojo al reloj de la cocina: ¡las diez y media! Se calzó a toda prisa los zapatos que durmieron olvidados en el rincón, arrancó su bolso del brazo de la silla de madera, cogió sus llaves retorcidas
del cenicero y salió de casa con un portazo que dejó atrás una larga noche de insomnio y tormenta ya olvidada.