En el comienzo
Lo encontré, por primera vez, una noche que íbamos todos de juerga. En una calle, mientras deambulábamos buscando un buen bar, apareció saludando a parte del grupo. ¿Y este quién es? Poco después, pasó a formar parte del grupo, aunque quizás no del todo, porque siempre mantiene intacta su independencia. Al principio venía sólo algunas noches: locales, copas, música, baile... bueno, sutiles movimientos que seguían algún compás. Hubo un breve acercamiento entre ambos o un breve intento de que bailaras conmigo; al poco, hubo un acercamiento más íntimo... para acabar con un intenso encuentro. Lo hicimos todo al revés, la verdad, pero no me arrepiento. Tras esto, empezamos a vernos más... hasta que nos vimos a solas... ¡qué nervios! Y, desde ahí, hasta lo que es hoy.
Y ahora, ¿qué quieres que te diga?
Te recuerdo tan diferente al resto, a lo que conocía. Con unas vivencias que han marcado tu perspectiva de la vida y te han dado la positividad y la alegría que puede sorprendernos a muchos.
Te recuerdo vestido con una sonrisa, una sala a media luz, una caricia, unos toques marroquíes, un té, un beso...
Te recuerdo con cámara de fotos y un libro para llevar, para el camino, y un paquete de tabaco escondido en un pequeño bolsito de tela, para después...
Y unos besos que se van, unas manos que se cruzan, un no saber cómo reaccionar, o será mejor esperar... observar, eso que tanto te gusta; o regalar, sin saber, envolviendo la sorpresa en papel de plata; o fotografiar, rincones, luces, el cielo, las nubes, el mar, un pueblo, alguien...
Y ahora, ¿qué quieres que te diga?
Eres un observador nato, un regalo, la foto más viva de mi álbum.
Eres una sábana de vida, calentita, para envolverme y acurrucarme en la cama.
Eres una pequeña cajita de besos, de caricias, de abrazos intensos.
Eres la parte más íntima de mi y la única que está a la vista, toda reflejada en tus ojos.
Y dicen que el amor es ciego... Nosotros nos desnudamos en la primera mirada
Y el secreto de escondernos y esperarnos fue revelado aquella noche, aquella en que nos desvestimos después de las 12... y los vasos se rompían a nuestro alrededor... ¿te acuerdas?
Y ahora, ¿qué quieres que te diga?
Te recuerdo tan diferente al resto, a lo que conocía. Con unas vivencias que han marcado tu perspectiva de la vida y te han dado la positividad y la alegría que puede sorprendernos a muchos.
Te recuerdo vestido con una sonrisa, una sala a media luz, una caricia, unos toques marroquíes, un té, un beso...
Te recuerdo con cámara de fotos y un libro para llevar, para el camino, y un paquete de tabaco escondido en un pequeño bolsito de tela, para después...
Y unos besos que se van, unas manos que se cruzan, un no saber cómo reaccionar, o será mejor esperar... observar, eso que tanto te gusta; o regalar, sin saber, envolviendo la sorpresa en papel de plata; o fotografiar, rincones, luces, el cielo, las nubes, el mar, un pueblo, alguien...
Y ahora, ¿qué quieres que te diga?
Eres un observador nato, un regalo, la foto más viva de mi álbum.
Eres una sábana de vida, calentita, para envolverme y acurrucarme en la cama.
Eres una pequeña cajita de besos, de caricias, de abrazos intensos.
Eres la parte más íntima de mi y la única que está a la vista, toda reflejada en tus ojos.
Y dicen que el amor es ciego... Nosotros nos desnudamos en la primera mirada
Y el secreto de escondernos y esperarnos fue revelado aquella noche, aquella en que nos desvestimos después de las 12... y los vasos se rompían a nuestro alrededor... ¿te acuerdas?
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Hache -