No hay que temer
Temía estar sola, hasta que aprendí a quererme a mi misma.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mi.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi misma.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi misma.
Temía hacerme vieja, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida y si nos sentimos desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más.
----- ----- -----
Personalmente, temo que me quedan por aprender muchas cosas, entre todas las cosas que temo...
PD.: Desconozco el autor del texto. Me llegó vía e-mail. Y va para una H desanimada... Un besito.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mi.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi misma.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi misma.
Temía hacerme vieja, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida y si nos sentimos desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más.
----- ----- -----
Personalmente, temo que me quedan por aprender muchas cosas, entre todas las cosas que temo...
PD.: Desconozco el autor del texto. Me llegó vía e-mail. Y va para una H desanimada... Un besito.
7 comentarios
Laurita -
marmarfil -
Yo también temo a la vida y a la muerte (todos esos temores al final se resumen en eso) Cada día es un aprendizae
(Somos magníficos aprendices cotidianos):)
Tharsis -
La Mariposa -
Temí enchar a volar hasta que descubrí que incluso para ver el suelo se necesita tomar cierta altura.
Besos voladores ;-)
Aradalion -
Ever After -
y preciosas metáforas!!
Un beso!
Cata -