La primera lluvia
Cayeron las primeras gotas de lluvia... El verano se acaba. Y hoy, desde la misma calle, vi llover. Esperaba a la salida de la estación con un libro entre las manos, cuando empezaron a reflejarse en los cuadraditos de la acera las primeras gotas. Tuve que dejar de leer y ocultarme un poco en los escalones de la estación a los que alcanza a cubrir el techo. Las gotas empezaban a ser más numerosas e insistentes, y el agua empezaba a bajar escalones... hasta que tuve que guarecerme por completo en el edificio de RENFE, en el pasillo techado que hay tras salir del andén, tras la puerta abierta desde donde aún se veía algo la calle mojada y la lluvia golpear cada vez con más fuerza. ¡Y yo con las sandalias de pleno verano que ni tienen tacón ni tienen nada! Y ahí estaba, esperando... observando el ir y venir de pasajeros que descendían del último tren, que acababa de hacer su entrada detrás de una corriente de aire. Y seguía esperando... casi las tres de la tarde, apoyada en la puerta, con el bolso caído entre las manos y escudriñando el escaso horizonte que me dejaba el espacio sin mirar a ninguna parte. Me sentía como una niña pequeña, a la salida del colegio un día de lluvia, sentada en un escalón a la entrada del edificio, llorando, sola, porque su madre se olvidó de recogerla... Y se me encharcaron los ojos, vi mi reducido mundo temblar y, en un momento, cuando no miraba, apareció mi "mamá".
¡Cómo te he echado de menos! pensé mientras se dejaba abrazar.
Después no vi más gotas caer y dejé de llorar, como una niña pequeña...
¡Cómo te he echado de menos! pensé mientras se dejaba abrazar.
Después no vi más gotas caer y dejé de llorar, como una niña pequeña...
5 comentarios
Marta -
Digo como El Viajero, que también he pensado en la infancia, y en lo reconfortante que es el abrazo materno, para borrar cualquier lágrima.
Besos
DuNa -
El Viajero -
Besos!
Burma -
LeeTamargo -
LeeTamargo.-