Rentree
Llegan esos días en los que te despiertas en mitad de la noche para cerrar la ventana que antes dejabas abierta de par en par. Esos días en los que suena el despertador a unas horas en las que aún no hay mucha luz y sólo piensas en acurrucarte y volverte a dormir. Y es que, a esas horas, no hay un lugar mejor que la cama. Pero la conciencia (el beep beep del despertador) te despierta y todavía con los ojos cerrados piensas en que lo único que te convierte en persona es una ducha y un café. Y cuando ya estás en la cocina, esperando que se calienten las tostadas, no puedes evitar acercar las manos al tostador para aliviar un poco el frío que siente uno al abandonar su cama. La única ilusión que te empuje al trabajo será pensar cuándo te tocan las próximas vacaciones.
Feliz vuelta a la cotidianidad.
3 comentarios
mako -
Ardid -
Saludos.
Sory -
Qué pereza!