Cuento nevado de Navidad
- Está todo nevado...
- Ya veo
- Si ni siquiera te asomaste a la ventana!
- Lo sé. Lo veo en tu espalda. Ya se volvió terciopelo con el invierno...
- ...
Ella se volvió hacia él lentamente, le miró a los ojos, y juntos vieron reflejados los primeros copos de nieve, que de nuevo se deslizaban por sus cuerpos. Él le acarició la nuca en un gesto y la abrazó tierno. Ella solamente cerró los ojos, mientras afuera nevaba. Abrazados al cálido fuego de las paredes moradas se fundieron entre las sábanas. Se arrancaron vocales abiertas de la garganta cabalgando a dentelladas. Y el morado se tornó naranja. Al momento cayeron extenuados, con la respiración goteando. Segundos de tregua y silencio enmarañados entre ambos cuerpos. Las muñecas ya no golpeaban la sangre desbocada. Sólo ella con la piel de su amante temblando en el interior. Y él... con su ticket de amor pegado en la palma de la mano. Dormidos... La habitación fue blanca, como la nieve...
Nariz roja, luces de colores que se encienden, se apagan, se encienden... muérdago bajo la puerta y mantita de colores a los pies.
Y no había chimenea, y tampoco nieve...
El edredón era su nieve caliente y ellos... la llama...
- Bésame otra vez, hasta dormir en tus labios...
- Ya veo
- Si ni siquiera te asomaste a la ventana!
- Lo sé. Lo veo en tu espalda. Ya se volvió terciopelo con el invierno...
- ...
Ella se volvió hacia él lentamente, le miró a los ojos, y juntos vieron reflejados los primeros copos de nieve, que de nuevo se deslizaban por sus cuerpos. Él le acarició la nuca en un gesto y la abrazó tierno. Ella solamente cerró los ojos, mientras afuera nevaba. Abrazados al cálido fuego de las paredes moradas se fundieron entre las sábanas. Se arrancaron vocales abiertas de la garganta cabalgando a dentelladas. Y el morado se tornó naranja. Al momento cayeron extenuados, con la respiración goteando. Segundos de tregua y silencio enmarañados entre ambos cuerpos. Las muñecas ya no golpeaban la sangre desbocada. Sólo ella con la piel de su amante temblando en el interior. Y él... con su ticket de amor pegado en la palma de la mano. Dormidos... La habitación fue blanca, como la nieve...
Nariz roja, luces de colores que se encienden, se apagan, se encienden... muérdago bajo la puerta y mantita de colores a los pies.
Y no había chimenea, y tampoco nieve...
El edredón era su nieve caliente y ellos... la llama...
- Bésame otra vez, hasta dormir en tus labios...
9 comentarios
Marta -
DuNa -
Ardi: jajaja, lo del resfriado me ha gustado. Sí que tienes razón que puede sonar raro, pero hay que verlo desde el punto de vista romántico, eh!
Ardi -
GothicMoon -
GothicMoon (de blogia.com/moon)
H -
DuNa -
Ever After -
Un beso
La Mariposa -
Precioso el final: no creo que haya mejor colchón que unos labios.
Besos voladores y felices fiestas ;-)
tharsis -