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Duna Loves

Servilleta

Servilleta Los domingos son los días del silencio (Ssshh...),
cuando el mediodía es a las 4 o a las 5 de la tarde,
cuando las cortinas se mecen solas
y las persianas tienen la vista entornada.
Aún no he comido nada desde el desayuno, ni me apetece. Y para matar este espacio de tiempo vacío, había decidido darte un toque al móvil, pero "su saldo está agotado..." Aún así, guardo otros recursos bajo la manga de mi pijama azul: he cogido una servilleta de papel, la de la cena, la que guarda olor a dulce, y te he escrito en ella, en la parte inferior derecha, con mi pluma de Jordi Labanda... La tinta, azul-morada, se ha dispersado por los poros de la servilleta como un hilito de agua, mojando los labios de marrón chocolate. Y todo para mandarte un mensaje:
Una servilleta para Pablo. Un beso

Tenías curiosidad y te aventuraste entornando los ojos hasta alinearlos con el horizonte...
Maga, Astrolabios.

4 comentarios

Lalwënde -

Yo tengo la suerte de guardar una pequeña servilletita de Duna colgada en mi corcho...
Un besazo hermanita ;)

Marta -

Que bonita imagen la que has escrito, Dunita. Normalmente los domingos son grises y tristes, aburridos si cabe, pero con sólo ese detalle, ya es suficiente para que sea un domingo para recordar.

besos

Tharsis -

Me encanta guardar las servilletas de recuerdo, si significan algo especial. En realidad guardo tantas cositas... que un día no tendré espacio en mi habitación. Por cierto aunque hoy el domingo es gris, lo he pasado muy bien. Un besote wwapa ¡¡

Nimue y su kaos -

Es curioso, mis domingos solo tienen sentido si mis sábados han valido la pena, como este último. Seguro que a Pablo le encanta esa servilleta...besos guapa