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Duna Loves

Los hombres azules

Los hombres azules "Con el desierto ante ti no digas ¡qué silencio!. Di no oigo"
(Proverbio Tuareg)

Siempre me ha llamado la atención el desierto, las dunas, sus puestas de sol y sus extraños habitantes... El Sáhara, una zona de contrastes desoladora por la ausencia de agua; sin embargo, entre los 300 y 1200 metros de profundidad se encuentra el mar Albienne, que podría convertir el famoso desierto en todo en vergel... Qué maravilla...
Además de la "ausencia" de agua, el desierto encierra otros "misterios": sus habitantes. De todos los cuentos que leía de pequeña, me encantó la historia de Los hombres azules, los tuaregs. Aquellos hombres, habitantes del desierto del Sáhara, me parecían seres increíbles. Unos personajes que deambulan por el desierto sobre sus camellos envueltos en sus ropas azul intenso... una imagen un tanto romántica, pero que aún mantengo.
¿Y por qué los llaman hombres azules? –preguntábamos– Porque las túnicas que visten, color índigo, están teñidas con un tinte vegetal y con las altas temperaturas del desierto y la sudoración del cuerpo, estas ropas destiñen manchándoles el cuerpo y protegiéndoles así del calor. Y es que el clima del desierto es muy variable entre el día y la noche: temperaturas que no bajan de los 40º al sol y mucho frío durante la noche.
Bonito cuento... o quizás no sea un cuento... ¿un mito?

El fascinante pueblo tuareg
El Sahara es casi una inmensidad, con cinco millones de kilómetros cuadrados ha sido la cuna de multitud de culturas. Aunque tan sólo una es la que hoy en día mantiene viva en su tradición esa primera semilla de civilización que surgió antaño. Los tuaregs, más conocidos en Occidente como "los hombres azules", son sin duda una de las tribus más míticas de toda África. El insólito color de su piel se lo deben a que las largas túnicas con las que van vestidos están teñidas de índigo, un colorante vegetal que se va disolviendo con las altas temperaturas a la vez que impregna su dermis. Esto reduce al mínimo la sudoración, con lo que la pérdida de líquidos es casi nula. Un método muy efectivo para sobrevivir en unas condiciones extremas.

Sobre el origen de su nombre los historiadores no se ponen de acuerdo y son dos las teorías que pugnan por explicar la formación del vocablo tuareg. Para unos esta palabra proviene del término árabe targa, que significa "jardín", y cierto es que la zona donde hoy habitan estos nómadas fue antaño un frondoso bosque. De otro lado están los que ven su origen en el siglo VIII, cuando una invasión de guerreros provenientes de Marruecos, los chorfa, se adentró en el desierto argelino para islamizar a las tribus de infieles que habitaban la zona. Pero su éxito fue parcial, pues aunque se convirtieron al Islam, jamás abandonaron sus antiguas tradiciones animistas, fuertemente arraigadas en sus usos cotidianos.

En la actualidad apenas quedan unos trescientos mil tuareg diseminados por un territorio de un millón y medio de kilómetros cuadrados. Se dedican al pastoreo y quedan muy pocas tribus realmente nómadas. En sus periplos anuales en busca de pasto pueden llegar a superar los 1500 kilómetros de travesía, entre Argelia, Níger y Mauritania. Se orientan para tales menesteres exclusivamente por las estrellas, que no sólo los guían en el duro camino, sino que los llevan hasta los pozos de agua que ellos únicamente conocen. En resumen, una vida de otros tiempos que hoy en día está a punto de desaparecer.

Según sus ancestrales tradiciones son los descendientes de la princesa Tin Hinan y de su hermana Takamat, que se establecieron en los Hoggar hace milenios. El caso es que en 1926 el conde Byron Kûhn de Protok descubrió la tumba de la famosa princesa. El enterramiento no sólo albergaba el esqueleto de una mujer de gran altura, sino que además contaba con gran cantidad de oro y piedras preciosas. Sus descendientes directos son hoy en día los miembros de la confederación Kel-Azjer, que continúa habitando en los montes argelinos del Hoggar. Sobre la procedencia de esta mítica princesa nada sabemos, tan solo la tradición, que aunque nos parezca increíble la señala como la última reina de los atlante

Pero si múltiples misterios encierran el origen de los hombres azules, no menos guarda la zona que habitan, considerada santuario por gran cantidad de culturas durante miles de años. En algunos de los abrigos de Tassili, donde se encuentra la denominada "capilla sixtina de la pintura rupestre" con algo más de cinco mil dibujos, podemos encontrar auténticos lugares de culto y poder inmemoriales.
Juan J. Vallejo "Enigma"

7 comentarios

alfredo -

queremo entrevistarlos por el tema hombres azules. nosotros los llamariamos por telefono desde uruguay.

luis -

Duna, tu escribiste la estrofa del principio? describe justo mi forma de ver la vida, genial!

almudena -

hola!!!me encanta las frases que tienes escritas arriba de ...soy fin y destino!!!lo escribiste tu???es muy bonito!a mi tambien me encantan los tuaregs,son magicos...bueno un saludo,y nada que me gusta mucho como escribes!!!jaja!;)

Graciela Ventimiglia -

Me gusta su blog y aquí encontré información sobre los tuareg que extraje para el mío y que por supuesto tiene el enlace correspondiente. Si quiere visitarlo: http://mezclazul.blogspot.com
Saludos y hasta siempre

DuNa -

Ooohh, recomendaciones de lecturas "desérticas" jejeje Gracias!

bokuden -

Sobre el desierto... me quedo con aquella memorable escena de "el Alquimista" de Paulo Cohelo. Interesante el artículo.

Manuel -

Uno de los libros que mas me han gustado, de todos los que he leido, se llama Tuareg, escrito por Alberto Vazquez Figueroa,

Un beso,